Las personas y los autos entablan un vínculo que va más allá de la razón. Respondé estas siete preguntas y descubrí qué marca serías si te convirtieras en un vehículo de cuatro ruedas

infobae.com//Los autos tienen su significado. Adquieren sentido en la vida de las personas. Se personalizan, se crían, se asumen, forman parte. Una familia puede tener ciertas estructuras, roles, figuras. El auto suele ocupar una de ellas. Además de adoptar vínculos tácitos, mágicos y sensibles con sus dueños, los coches se convierten en trofeos, síntomas de crecimiento, de experimentaciones. Existe una simbiosis, una relación química, compuesta por sentimientos abstractos, intangibles y algunas veces inexplicables. Que exceden a los beneficios que permite tener un coche. Viajar en paz, recortar tiempos, ganar independencia, disponer de otro nivel de autonomía. El auto es más que eso.

Muchas veces, ni las mayorías, ni las minorías, son muchas las veces en las que los autos y las personas entablan una relación afectuosa. Esta conexión tiene sus razones comprendidas en gustos, en hábitos, en comportamientos. La persona elige qué coche comprar por un sinfín de motivos: económicos, culturales, visuales, conceptuales, anímicos. Encubre esta elección un dejo de empatía, de representación, de pertenencia, como el de un padre a un hijo, en un ejemplo exagerado. Sucede que el amor por el auto se propaga al amor por la marca. Las compañías automotrices buscan cautivar y generar sentido de pertenencia con sus clientes a través de la fabricación de coches singulares, diferentes pero parecidos, destinados a un segmento del público específico.

Si la persona es fiel a sus principios, cabe preguntar en qué auto se reencarnaría. En qué marca de auto se convertiría. Según criterios arbitrarios y prefigurados de gustos, colores, personalidad, preferencias se puede entablar una aproximada vinculación con el coche que un humano sería. Sin garantía de satisfacción, respondé con sinceridad y evaluá la respuesta: