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El emblemático Templo San Buenaventura de Yaguarón, una de las joyas más valiosas del barroco guaraní y símbolo de la identidad espiritual del Paraguay, comenzará su primera restauración integral después de más de tres siglos en pie. Esta intervención, considerada un hito en la preservación del patrimonio nacional, se realiza gracias al apoyo del Gobierno del Paraguay a través del Programa Tekorenda de la Secretaría Nacional de Cultura.

En el corazón de Yaguarón, el presidente Santiago Peña junto a la primera dama Leticia Ocampos, anunció el inicio de la restauración del templo San Buenaventura, que representa la identidad y el espíritu creador del pueblo paraguayo.

El mandatario destacó que este templo, que ha resistido siglos y guarda las obras maestras talladas con fe y esperanza por los antepasados, es más que un patrimonio arquitectónico: «Cada columna, cada color, cada detalle nos habla de un pueblo que convirtió la fe en arte, y el arte es nuestra identidad nacional.»

Después de más de una década de espera y ocho licitaciones fallidas, el Gobierno dispuso la inversión de 7.500 millones de guaraníes para comenzar la primera fase de restauración, enfocada en la sacristía, que se iniciará en diciembre próximo. Esta obra se realizará bajo el programa Tekorenda, inspirado en la experiencia y clamor de la comunidad local, y que ha sido concebido como un esfuerzo prioritario para salvaguardar el patrimonio cultural del Paraguay.

El titular del Ejecutivo resaltó el rol fundamental de la primera dama, Leticia Ocampos, arquitecta de profesión, en el impulso del proyecto. «Ella me ha recordado que preservar lo que somos también es construir futuro», afirmó Peña, agradeciendo su compromiso y sensibilidad.

El trabajo estará a cargo de un equipo nacional e internacional de especialistas, con la participación activa de la comunidad de Yaguarón, en una alianza donde el cuidado del patrimonio es un compromiso de todos. El templo San Buenaventura simboliza el encuentro entre la fe franciscana, el arte indígena y la identidad mestiza que dio origen a Paraguay. Su restauración no solo conservará el pasado sino que fortalecerá el orgullo nacional y el renacer de la nación.

El presidente subrayó: «Restaurar este templo es también restaurar el alma del Paraguay, porque en cada obra que emprendemos con amor, unión y esperanza renace la fuerza de nuestra querida nación, la República del Paraguay.» Este anuncio marca un antes y un después para Yaguarón y todo el país, reafirmando el compromiso de preservar y valorar el legado cultural como un pilar para el desarrollo y la unidad nacional.

Proyecto

El proyecto será llevado a cabo por un equipo internacional y nacional con participación de mano de obra local, buscando no solo restaurar su estructura física, sino fortalecer las capacidades para su conservación futura. La iniciativa refleja un avance trascendental en la recuperación física y simbólica de un bien considerado emblema del arte, la fe y la historia paraguaya.

Construido entre los siglos XVII y XVIII y actualmente en la Lista Indicativa de Patrimonio Mundial de la UNESCO, el Templo San Buenaventura representa un testimonio único del barroco guaraní. La restauración reafirma el compromiso del Estado paraguayo de proteger y transmitir este patrimonio cultural a las futuras generaciones.

Cuenta con la colaboración de varias instituciones, entre ellas la Municipalidad de Yaguarón, la Gobernación de Paraguari, la Diócesis de Carapeguá, la Secretaría Nacional de Cultura, ITAIPU Binacional, el Parque Tecnológico ITAIPU, la CAF – Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) también brinda acompañamiento técnico mediante una capacitación en restauración patrimonial para fortalecer las capacidades locales.

Este proyecto forma parte del Programa Tekorenda, que busca promover la restauración, protección y sostenibilidad de sitios patrimoniales en Paraguay, integrando intervenciones físicas con trabajo territorial, participación ciudadana y transmisión intergeneracional de conocimientos. En esta primera etapa, se incluyen también otros sitios con valor histórico y simbólico, como la Ex Estación Ferroviaria de San Salvador y la Iglesia de Atyrá.