
Al menos 50 disparos se produjeron contra familias reunidas junto al mar para celebrar la festividad judía de Janucá, la Fiesta de las Luces. Una tarde festiva en Bondi Beach, la famosa playa de Sídney, terminó en un baño de sangre, con uno de los peores crímenes de odio a los judíos fuera de Israel: 15 muertos y al menos 29 heridos. Los autores de la masacre estaban vinculados al ISIS. Hoy, el odio a los judíos pone en alerta a varios países de Europa.
Dos hombres armados, padre e hijo, dispararon y mataron a 15 personas durante una celebración judía en la icónica Bondi Beach de Sídney. «El hombre de 50 años ha fallecido. El de 24 se encuentra hospitalizado», declaró el comisario de policía de Nueva Gales del Sur, Mal Lanyon, en rueda de prensa. «Puedo decir que no buscamos a más autores», añadió.
Los hombres abrieron fuego contra la multitud pero fueron neutralizados por la intervención policial y por la valentía de un transeúnte que desarmó a uno de los atacantes con las manos desnudas. Sin embargo, los atacantes tuvieron tiempo de desatar el terror: entre las víctimas se encontraban el rabino de Sídney, Eli Schlanger, una niña de 12 años y un sobreviviente del Holocausto.
Dos policías se encuentran en estado crítico, pero la masacre podría haber sido aún más grave: la policía encontró artefactos explosivos improvisados en un vehículo en la zona del ataque. Los dos hombres responsables de la masacre de ayer en Bondi Beach, Said y Naveed Akram, habían jurado lealtad a ISIS en 2019, pero a pesar de ello, Naveed tenía una licencia de armas válida, informó la Organización Australiana de Inteligencia de Seguridad (ASIO).
Los investigadores creen que los terroristas, oriundos de Pakistán, habían jurado lealtad al grupo terrorista Estado Islámico, dos de cuyas banderas se encontraron en el vehículo utilizado por los terroristas. La ASIO se interesó en Naveed Akram hace seis años, después de que la policía frustrara los planes de un atentado terrorista contra el ISIS.
Akram fue vinculado con Isaak El Matari, quien cumple siete años de prisión por planear una insurrección del ISIS como autoproclamado comandante australiano del grupo terrorista. Sin embargo, tenía una licencia de armas válida, lo cual es más extraño debido a que tuvo una anterior desde hacía seis años.
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, confirmó que Naveed Akram fue investigado durante seis meses, desde el 2019, pero que se determinó que “no representaba una amenaza”.
Crónica de una tragedia que pudo haberse evitado
La masacre ocurrió al final de la tarde. La fiesta «Janucá junto al Mar» había comenzado a las 17:00 hora local en Archer Park, una zona verde junto a la playa. El cartel del evento prometía «entretenimiento en vivo, música, juegos y diversión para todas las edades». «Trae a tus amigos, trae a tu familia», decían los folletos. «¡Llenemos Bondi de alegría y luz!». Unas mil personas estaban en la fiesta.

Era domingo y la playa seguía abarrotada. Se oyó un disparo, y luego otro, y otro más: parecía que no iba a terminar nunca, según testigos. Cundió el pánico. La primera llamada de emergencia llegó a las 18:47. Detrás del parque había una calle ancha, Campbell Parade, con un puente peatonal elevado: un punto de tiro ideal para el césped de la fiesta. Desde allí, dos hombres con camisetas negras cargaron, apuntaron, dispararon sus rifles contra la multitud, luego recargaron y volvieron a disparar.
Uno de los dos hombres bajó del puente con el arma en la mano y reanudó el fuego desde allí. Sin embargo, un valiente transeúnte, Ahmed al Ahmed, de 43 años, encontró el coraje suficiente para deslizarse entre los autos estacionados y saltar sobre el terrorista, arrebatándole el rifle de la mano y apuntándole, con gran precisión.
«Un verdadero héroe», diría más tarde el primer ministro de Nueva Gales del Sur, Chris Minns. «Mucha gente está viva esta noche gracias a él». El terrorista, desarmado, perdió el equilibrio pero logró regresar al puente junto a su cómplice, mientras éste disparaba a Ahmed, hiriéndolo en el brazo.
Un vídeo grabado por un dron que sobrevolaba el puente muestra al criminal, poco después, ya en el suelo, inconsciente, mientras el otro continuaba disparando a los dos lados del puente, cubriéndose tras los parapetos. Sin embargo, los agentes lograron avanzan, disparando a través de los coches y finalmente lo rodearon. Así fue alcanzado y cayó finalmente al suelo.
En Bondi Beach, la escena del atardecer era caótica: Cuando los disparos terminaron, los socorristas ayudan a evacuar a los heridos en tablas de surf y se oían sirenas y los gritos de quienes habían ido a la playa a una fiesta, solo para encontrarse, y que resultaron víctimas de una masacre.
Ataques antisemitas en aumento
Hoy, Australia y su comunidad judía han reciben la solidaridad de importantes líderes internacionales, así como de la comunidad musulmana australiana y la Autoridad Palestina. Sin embargo, Israel ha señalado a Canberra, a la que acusa de ser «culpable» de, entre otras cosas, reconocer al Estado palestino: el gobierno australiano «ha echado leña al fuego del antisemitismo», declaró el primer ministro Benjamin Netanyahu. «El odio a los judíos se propaga cuando los líderes guardan silencio», afirmó el líder de Israel.
En Europa, donde la comunidad musulmana se ha multiplicado grandemente, varios países activaron la máxima vigilancia sobre posibles objetivos judíos. En Italia, por ejemplo, el Departamento de Seguridad Pública emitió una advertencia a través de una circular, previendo actos de violencia durante las próximas elecciones de representantes de la Unión de la Comunidad Judía Italiana.
La medida busca aumentar las restricciones en todos los lugares considerados «sensibles» y continuará en los próximos días tras el ataque ocurrido en Bondi Beach durante la festividad judía de Janucá.
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