En el marco de la Semana de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la República Popular de China, a través de su consulado en San Pablo, Brasil, aseguró que China continental ya fue reconocida como “única representante legal de China en la ONU”. Esto fue rechazado por Taiwán, que afirma que en una democracia como la suya, “es un principio básico que solo el gobierno elegido libremente por sus ciudadanos puede representarlos legítimamente en la comunidad internacional”.
Las expresiones oficiales de China continental surgieron como respuesta a las declaraciones, publicadas en medios del Paraguay, del responsable del Departamento de Asuntos Exteriores de Taiwán en la región, Lin Chia-lung. El diplomático había afirmado a la prensa local que la Resolución 2758 de la Asamblea General de la ONU “no menciona la representación de los 23,5 millones de ciudadanos de Taiwán en el escenario internacional”.
El consulado de China continental en Brasil calificó las expresiones como una “completa distorsión de los hechos”, la 26a. Asamblea General de la ONU (1971), a través de la Resolución 2758, “decidió restaurar todos los derechos de la República Popular China en las Naciones Unidas, y reconoció al Gobierno de la República Popular China como el único representante legal de China en la ONU”. También menciona que en ese marco se expulsó inmediatamente a los representantes de las autoridades taiwanesas de la ONU.
Las expresiones causaron indignación en la República de China (Taiwán) y a través de la su embajada en Paraguay denunció que las autoridades de la República Popular China han promovido una “interpretación política errónea y deliberadamente distorsionada” de la Resolución 2758, buscando vincularla de manera forzada con el llamado ´principio de una sola China´, el cual no cuenta con consenso internacional.
“A través de una prolongada campaña de presión e influencia, la RPC ha obstaculizado la participación de Taiwán en el sistema de la ONU, privando a sus 23,5 millones de habitantes de la posibilidad de contribuir de manera significativa al bienestar público global”, expresa el gobierno de Taiwán.
La República de China, asentada en la isla, reclama que las Naciones Unidas deben volver al sentido jurídico original de la Resolución 2758: “rechazar la manipulación política y reconocer el papel constructivo y positivo que Taiwán desempeña en los ámbitos de la paz, la seguridad, el desarrollo sostenible y los derechos humanos”.
También advierte sobre las continuas operaciones de la China continental contra Taiwán, sobre todo en el ámbito económico, que “amenazan la paz y la estabilidad regional, así como el orden internacional basado en normas”.