La Secretaría Nacional Antidrogas capturó a Cristian Morínigo Ojeda, alias “La Gorda”, popular líder de la barra “La Plaza”, del Club Cerro Porteño, quien se desempeñaba como jefe de una extensa red de microtráfico de drogas que tenía influencia en al menos 40 barrios de Asunción y Central. El operativo se realizó en el marco del Plan SUMAR, impulsado por el Gobierno para debilitar estructuras delictivas que afectan la seguridad ciudadana y el tejido social.
La detención se realizó a través de la Dirección de Operaciones Urbanas de la Senad, en el barrio Itá Pytã Punta de Asunción, a pocos metros de la Facultad de Filosofía. Procedió al allanamiento del “búnker” narco, el punto central de acopio de las drogas previo a la distribución que se encontraba en una habitación dentro de un inquilinato.
Según las investigaciones, el detenido lideraba una estructura jerárquica compuesta por aproximadamente 2.000 integrantes, con jefes zonales que respondían directamente a su mando. Se estima que hasta el 50% de las drogas que circulaban en Asunción provenían de esta red.
Los barrios con mayor presencia de esta organización son Santa Ana, Roberto L. Pettit, Tacumbú, San Pablo, San Vicente, Loma Pytã, Republicano, Barrio Jara, Ita Pytã Punta y Fernando de la Mora zona Sur, entre otros. Las zonas corresponden a los sectores donde el microtráfico avanza junto con dinámicas violentas que afectan la convivencia y la salud pública.
En el operativo se incautaron más de 3.600 dosis de drogas entre pasta base “chespi” y clorhidrato de cocaína, dos armas de fuego, proyectiles, dinero en efectivo, balanzas de precisión, y elementos utilizados para el fraccionamiento de las sustancias. El allanamiento se llevó a cabo en coordinación con la fiscal Abg. Pamela Pérez, el miércoles 23 de julio.
Barras de clubes rivales se aliaban para traficar
La investigación también reveló vínculos comerciales con barras bravas de clubes rivales, evidenciando una cooperación criminal que trasciende camisetas y rivalidades deportivas, y que utiliza la estructura de las barras como canal de distribución de drogas. Esta operación expone el grave riesgo social que representa el nexo entre el narcotráfico y las barras deportivas, donde jóvenes son reclutados como fuerza operativa y terminan atrapados en redes que fomentan violencia y el deterioro comunitario.
Además, el detenido mantenía vínculos con sectores políticos ligados al club Cerro Porteño, lo que le permitía obtener privilegios. Esto explica que pese a haber sido sancionado por hechos violentos entre facciones del mismo club, su acceso a eventos deportivos no fue restringido.