En Paraguay, 305 personas esperan algún tipo de trasplante, la mayoría de corneas y riñón. Entre ellas, hay 22 niños. “Aprovechamos este día para recalcar que los trasplantes solo son posibles si los logramos entre todos”, dijo el Dr. Hugo Espinoza, presidente del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante, invitando a tomar conciencia sobre la importancia de la donación de órganos.
“El trasplante de órganos se genera gracias al altruismo de las personas. El amor al prójimo y la generosidad son sus valores indispensables”, señala el titular del Inat, en el día en que la institución, dependiente del Ministerio de Salud Pública conmemora el Día Nacional de Trasplante en Paraguay. La fecha recuerda el primer trasplante cardíaco realizado en el país, el 9 de julio de 1996, en el Centro Médico Bautista de Asunción.
El primer donante en nuestro país fue el Dr. Marco Aguayo. Según la “Ley Anita” 6170/18, toda persona mayor de 18 años es considerada donante de órganos, posterior a su fallecimiento. Si alguien no desea donar, debe manifestarlo por escrito al INAT.
“Donar órganos es donar vida”
En lo que va del año 2025, el INAT registra un total de 94 trasplantes realizados, distribuidos de la siguiente manera: 49 de córneas, 2 de corazón, 23 renales, 20 de células progenitoras y hematopoyéticas (médula ósea). En algunos casos, el trasplante de órganos hace posible la continuidad de vida de las personas, pero en todos los casos, mejora la calidad y expectativa de vida en el presente.
En este marco, el Ministerio de Salud publicó una serie de orientaciones para perder el miedo a la donación de órganos y tejidos. La primera es “conocer cómo funcionan y cómo se integran las diferentes instituciones sanitarias del país, coordinadas por el INAT”, ya que los procedimientos cumplen criterios médicos y científicos, y consensuados a nivel internacional.
El MSP también se invita a la ciudadanía a hablar en familia sobre la donación de órganos, a comprender que la muerte cerebral o encefálica significa muerte de la persona, señala que se respeta estrictamente la integridad del cuerpo tras la cirugía de donación.