
Desde la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN, Donald Trump afirmó que “la tregua entre Irán e Israel marcha muy bien. Israel ha cedido y estoy muy orgulloso de ellos”. Por fin, el alto el fuego se ha hecho realidad, algo que el primer ministro Benjamin Netanyahu calificó como “una victoria histórica que durará por generaciones”. Sin embargo, el presidente norteamericano reconoce que se trata de una “aparente paz”.

«Nos llevamos muy bien ahora con Irán. Lo último que quieren los iraníes es enriquecer uranio; pero no construirán la bomba durante mucho tiempo», dijo el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en conferencia de prensa con Mark Rutte, secretario general de la OTAN.
El líder norteamericano añadió que la instalación nuclear de Forow, en Irán, había sufrido una “destrucción total”. “El ataque puso fin a la guerra. Fue esencialmente lo mismo que Hiroshima y Nagasaki: Dentro, todo se derrumbó, los túneles se derrumbaron y nadie puede entrar a ver”, aseguró.
Apenas un día antes, Trump se había mostrado furioso con las partes en conflicto: “Ni idea de lo que hacen. ¡Bibi, retira inmediatamente los aviones!”, dijo refiriéndose al líder israelí, Benjamín «Bibi» Netanyahu. Las sirenas sonaban en el norte del país. Las Fuerzas de Defensa de Israel, FDI, y los misiles iraníes seguían amenazando.
Sin embargo, el alto el fuego, anunciado en plena noche por Donald Trump en su red social Truth, se mantuvo a pesar de los temores de violaciones y las reprimendas del magnate. Y fue reclamado por ambas partes en conflicto como una victoria.

Enérgica intervención y “aparente paz”
El alto al fuego definitivo llegó como resultado de una intervención enérgica del presidente estadounidense, quien antes de volar al encuentro de la OTAN en La Haya, el 24 de junio, reprendió a Irán y, sobre todo, a Israel por haber violado la tregua pocas horas después de su anuncio. “No estoy satisfecho con Irán ni con Israel. En la práctica, tenemos dos países que han estado luchando durante tanto tiempo y con tanta dureza que ya no saben qué están haciendo”, gritó antes de abordar el Air Force One.
Irán e Israel se acusaban mutuamente de violar el alto el fuego, que fue aceptado oficialmente primero por Teherán y luego por Tel Aviv. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, había dado instrucciones a las FDI de realizar «ataques intensos contra objetivos del régimen en el corazón de Teherán», en respuesta a dos misiles balísticos iraníes lanzados (pero interceptados) después de que entrara en vigor la tregua. Se atacó un sistema de radar cerca de Teherán, que no respondió.
“Deben calmarse”, señaló Donald Trump con una furiosa advertencia sin precedentes contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, el aliado que apoyó con los ataques estadounidenses a tres sitios nucleares iraníes y que ahora estaría considerando un viaje relámpago a la Casa Blanca.

Finalmente, poco después, el presidente norteamericano pudo anunciar en las redes sociales que Israel no atacará a Irán. “Todos los aviones volverán a casa, mientras que le harán un saludo amistoso a Irán. Nadie será herido: el alto el fuego está en vigor”, aseguró Trump.
El giro de los acontecimientos fue coronado por el anuncio del presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, quien finalmente proclamó “el fin de la guerra de los 12 días impuesta” a su país. Sin embargo, aclaró que continuará defendiendo sus “derechos legítimos” de avanzar en un programa nuclear, incluyendo el enriquecimiento de uranio, un proceso clave para desarrollar armas nucleares.
En tanto, Trump reiteró que Teherán nunca tendrá «ni el enriquecimiento del uranio ni la bomba atómica». Presentó la tregua como una ventaja no solo para la estabilidad en la región, sino también para Pekín, en el contexto de las conversaciones comerciales en curso.
“China puede seguir comprando petróleo a Irán. Espero que también compren en abundancia incluso de los Estados Unidos”, escribió en Truth, revelando así el fin de las sanciones impuestas desde marzo a las ‘teapot’ chinas, las refinerías privadas que compran petróleo a Teherán.
Por su parte, Israel advirtió a Irán: “Respetaremos el alto el fuego mientras lo haga la otra parte”, al tiempo que su primer ministro, Benjamin Netanyahu, habló de “una victoria histórica que durará por generaciones”.
El país volvió a la normalidad del tráfico aéreo de entrada y salida sin restricciones, así como la movilidad con la reapertura de escuelas y oficinas; y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se centran nuevamente en Gaza, que sigue siendo una herida abierta en el martirizado Medio Oriente.
A pesar de que la tregua se está convirtiendo en una aparente paz, para Trump quedan varios nudos por desatar, comenzando por la reapertura de las negociaciones sobre el tema nuclear y el destino del uranio enriquecido iraní, aparentemente a salvo antes de los ataques de Estados Unidos.
Fuente y fotos: @ansa.it